lunes, 7 de febrero de 2011

Emborrachaos

Emborrachaos, coño
emborrachaos y vivid del morro de otra persona que lucha por salir del lodo.
Emborrachaos con vuestra propia miseria alcoholizada
y reíos del que no tiene nada y jamás lo tendrá.

Emborrachaos, ocultad la verdad bajo una máscara de ginebra y tónica
mientras que por mi garganta afónica sólo corre la cómica farsa de una saliva estoica.
Sentid la falsa euforia que el whisky os otorga
emborrachaos, coño, es un privilegio que sea legal esta droga.

Emborrachaos, borrad de vuestra memoria
esas sórdidas pesadillas tan reales
y comprad una irreal sensación de victoria
cuando la derrota y la adversidad seguirán siendo vuestros pesares.
Besad la botella de vodka con labios de demonio caído,
y dejaos los cinco sentidos en vaciar hasta su última gota.
Quedaos a solas, con esa moda tan ridícula
yo y mi cuadrícula, y mi antigua sensación de malestar,
asidua y persistente cuando se trata de hablar del mal
seguiremos en contra de vosotros.

Emborrachaos, coño,
emborrachaos y vivid solos sujetando esa botella de formol,
pues no sabéis vivir sin alcohol,
y seguís el son del olor a champán
formando un grotesco show
en el que nadie puede entrar,
y por tanto, nadie puede amar.

Emborrachaos, y dejad de ver el sol.

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