domingo, 11 de diciembre de 2016

Pura droga

Pura droga.
Tus besos son pura droga.
Una tan potente
a la que me enganché en la primera toma.

Una tan penetrante
que hasta mis células perdieron su forma.

Y me siento afortunado
por compartir hasta mis partículas
de aire,
diciendo cosas ridículas
que nadie
entendería sólo tú,
mi campanilla,
que soplas tus polvos mágicos
en mi cara,
y me sacas a volar en tus labios.
Y a la orilla
de tu mejilla sonrojada
hay palabras,
que no es una mujer sencilla
pero nada,
porque no hay maravilla
sin problemas.
Y en tu mirada,
azul como el océano
este poema
se escribe solo, no hay dilemas,
sólo un lema,
Hakuna Matata libre,
y en mi yemas
de mis dedos los masajes
hacen gárgaras.

Porque tu garganta...
... también es pura droga.

sábado, 15 de octubre de 2016

La Voz de los Nuestros


Por desgracia, estoy seguro de que todos
los que están leyendo las siguientes líneas 
hemos perdido a alguien en algún momento. 
Echamos de menos a esa persona especial que ya no está, 
y todos tenemos algo que decirles...

... pero ellos también tienen algo que decirnos. 

Cerrad los ojos e imaginaos junto a vosotros a esa persona, 
materializadla a vuestro lado, 
esto es lo que os dicen. 
Esto es La Voz de los Nuestros.



Hola,
sé que hoy no me esperabas
sentada aquí a tu lado a solas.

Perdona
por no haber venido antes
mas sólo tengo un instante
para decirte unas palabras ahora.

Siente mi mano en tu hombro
hoy estoy aquí contigo
estoy en todos tus sentidos
y ahora te beso en el rostro.

Quizá me fui demasiado pronto
no pude disfrutar de tu sonrisa
pero verte me devuelve la vida
te quiero para siempre,
te quiero con todo.

Una caricia en la mejilla
sonríe, por favor, sonríe,
siempre estoy viva cuando sonríes
en tu corazón, detrás de tus costillas.

Estoy orgullosa de tí, te lo aseguro
¿cómo no voy a estarlo?
¿cómo no voy a estarlo?
si eres lo que le da sentido a este mundo.

Ahora, dicen, soy estrella,
pero yo creo que soy recuerdo.
El recuerdo de tus sueños.
El recuerdo de estas letras.

Me fundo en tu abrazo, ¿lo sientes?
El calor de mi esencia.
La vibración de mi existencia.
Tú y yo. Y nadie más. Siempre.

Adoro verte feliz,
te lo mereces,
sigue siendo como eres.
Y vive, vive, vive siempre
                   ... vive por mí.


martes, 2 de agosto de 2016

Día 23 (Parte III). Torrevieja Zombie.

El mismo tiempo nos llevó a los dos grupos separados llegar a nuestros destinos. Para cuando el furgón cargado de gente entraba en el parking del Mercadona, Aris, Javier y yo nos ocultábamos de un grupo reducido de zetas que rodeaban la iglesia. Estaba claro que algo o alguien estaba haciendo sonar la campana. Recordé que algunas iglesias más modernas, como la del Sagrado Corazón, ni siquiera tenían campanas y era una grabación que se emitía por grandes altavoces. No sabía si la ermita tenía o no campana, pero no podíamos quedarnos parados sin comprobar qué había hecho sonar aquella melodía que incitaba al rezo.
Rodeamos la iglesia para poder entrar por la puerta principal sin que nos advirtieran los zetas. La verdad es que no sabía muy bien cómo eran capaces de conocer nuestra posición, pero en aquel momento, el no hacer ruido y ser un grupo tan pequeño nos sirvió para pasar inadvertidos. Entramos en la iglesia. El portón estaba semiabierto, así que alzamos nuestras armas y estuvimos preparados para, en caso necesario, salir disparados. La Iglesia se abría ante nosotros solemne. Miré al gran cristo en la cruz y por un momento creí que se bajaría de la cruz y nos echaría a patadas de allí por infieles. Nos miré a Javi, a Aris y a mí y no pude más que reír a carcajadas. Se me escapó la risa nerviosa e hice mucho ruido. Demasiado. Tanto que loz zombies de afuera me escucharon y se empezaron a amontonar en la entrada. Javi se cargó a dos que ya entraban en la sala con dos disparos espléndidos entre ceja y ceja. Aris se puso a cubierto, pues maniatado como estaba no podía hacer mucho. Yo cerré el portón como pude, y advertí que la cruz que adornaba el tejado de la iglesia estaba caída, clavada en el suelo. Nos quedamos atrapados en la iglesia. Buscamos por toda la iglesia algún rastro de vida, pero lo único que encontramos fueron cuadros de santos por los suelos, papeles volados, y el reproductor que daba las campanadas. Lo apagué para que no llamase más la atención. Me sentí solo después de que las campanas dejasen de sonar. Volvieron los rugidos de zombies del exterior.
     - Parece que estamos solos - dijo Aris. Hasta su tono de voz había cambiado.
     - Pasaremos aquí la noche - continuó Javi -. Mañana ya veremos qué hacemos.

En el Mercadona, el grupo con Claire a la cabeza, habían hecho un círculo pegando sus espaldas para cubrirse unos a otros por todos los flancos. Todos llevaban una pistola en la mano con la que defenderse. Entraron por la puerta, completamente abierta de par en par. Parecía que hacía bastante tiempo que nadie (ni nada) había pasado por allí.
Todo estaba revuelto, cosas por el suelo y cristales rotos. Lo primero que hicieron fue reconocer el lugar por completo. Recorrieron los pasillos, ya un poco más separados y tranquilos, y descubrieron que allí no había absolutamente nada. Ni una sola persona o cadáver o muerto viviente. Se sorprendieron, pero al fin y al cabo, se aliviaron. Estaban en una zona relativamente segura y repleta de provisiones. Se apresuraron en tapar absolutamente todas las entradas con estanterías, cajas y todo lo que encontraron. Y consiguieron encerrarse dentro.
Se sentaron todos en círculo en el pasillo de los snacks y mientras abrían bolsas de patatas y Cheetos se miraban los unos a los otros. Raúl miraba a todos, completamente preocupado. Era el mayor de todos, pero se veía superado por la situación completamente, y era incapaz de pensar con claridad. Se sintió seguro por primera vez, y entonces cayó en la cuenta de que lo que estaban haciendo era peligroso. Pero prefirió ahorrárselo hasta el día siguiente. Se merecían una noche de descanso al menos. Gema y Asun estaban abrazadas, calmándose la una a la otra.
     - Lo hemos abandonado allí - dijo Gema -. Teníamos que habernos quedado con él - dijo refiriéndose a mí.
     - Nos estaba poniendo en peligro a todos - respondió Asun.
     - Nos ha salvado la vida muchas veces, ha estado más en peligro por nosotros que por los zombies.
     - No... ha estado en peligro por Aris - siguió Claire, que se unió a la conversación -. Dejar a ese tarado solo y que se las apañase era la mejor opción. Pero el cabezota de Adrián jamás lo permitiría.
     - Tenemos que volver a por ellos - Gema parecía arrepentida.
     - Estarán bien - saltó Mario mientras terminaba de apagar el cigarrillo en el suelo -. Conozco a Adrián y a Javi, mientras permanezcan juntos estarán bien.
     - ¡No te da vergüenza! - gritó Gema -. ¡Has abandonado a tu propio hermano!
Mario no le dio importancia. Pero en el fondo sabía que llevaba razón. Se acercó a Álex y se sentó a su lado.
     - Nunca me han gustado mucho las Pringles - comenzó a hablar Álex -. Pero ahora... me saben a gloria.
     - Tú pareces el más razonable aquí - fue directo Mario -. ¿Crees que hicimos bien viniendo aquí?
     - Desde luego no hicimos bien separándonos - sentenció Álex acabando el bote de Pringles.
Mientras todos hablaban con todos, nadie se dio cuenta de que Mari se había ausentado. Desapareció por una de las puertas del personal del Mercadona.
Y lo que no sabían ninguno de los dos grupos, es que, tras caer la noche, descubrirían que no estaban solos como pensaban.

martes, 26 de julio de 2016

Día 23 (Parte II). Torrevieja Zombie

El furgón avanzaba lento pero seguro. La verdad es que todos estaban haciendo un trabajo exquisito, y poco a poco los zombies se caían hacia los lados, o eran aplastados por las ruedas. Se abrieron paso por las calles del centro de Torrevieja, cogieron velocidad, y atravesaron la calle Maria Parodi hacia el norte. Asun, aún en el techo del furgón, cogió una cajetilla de tabaco de uno de sus bolsillos, se encendió un cigarrillo, se puso otro detrás de la oreja y se tumbó para pasarle uno encendido a Mario a través de la ventanilla. Éste lo cogió y le dio una larga calada.

Álex sabía que lo que estaba haciendo era lo mejor para la supervivencia del grupo, pero no  se sentía bien haciéndolo. Estaba completamente exhausto, pero aún conservaba la energía suficiente como para que su sentido de la justicia estuviese a pleno rendimiento. Sentía que lo que habían hecho no era justo. Nada justo. Pero ya estaba hecho por el bien de la supervivencia, y lo único que quedaba era tirar para adelante, aunque fuera separados.

Claire estaba decidida con su plan. Se decidió ir al Mercadona de "aguasnuevas", fortificarlo por todos sus flancos y empezar desde ahí lo que sería un campamento provisional. Recuperarse, reponerse, aprovisionar furgones y grandes vehículos, y salir de la ciudad en busca de una zona segura real.

Raúl, Mari y Gema empezaron a hablar en la parte de atrás del furgón. Empezaron a conocerse más, ahora que tenían ocasión. Todos coincidieron en que tenían más miedo ahora que nunca. Y todos coincidieron también en que lo que habían hecho era lo mejor. A Aris, en cualquier momento, podrían cruzársele los cables y acabar lo que los zetas aún no habían podido hacer. Sin embargo, también pensaban en Javi y en mí, y en cómo les habíamos salvado la vida en varias ocasiones. Sentían como si nos hubiesen abandonado a nuestra suerte, o, lo que es peor, como si ya no tuviesen nuestra protección. Jamás entenderé cómo podían sentirse protegidos por mí, cuando lo único que hacía yo era luchar contra mi propias ganas de abandonarlo todo y rendirme.

Pero no lo hacía. Cuando dejé de abrazar a Aris sentí que se había calmado muchísimo más. Su mirada estaba más serena y relajada. Me levanté y le ayudé a ponerse en pie.

     - Hay que salir ya de aquí o acabaremos calcinados - dije empezando a movernos -. El fuego se está acercando mucho.

Javier me miró y me hizo una señal de silencio. Se oía las campanas de la iglesia.

     - Habrá que ir a ver qué es - sentenció por fin.

miércoles, 20 de julio de 2016

Analfabeto

No tengo más remedio que amarte.
Que sentir infiel deseo
por tocarte, por besarte.

Qué hacer si mi pensamiento interno
dulce fuego
amargo cielo
muere por decirte te quiero.

Analfabeto...
... me siento analfabeto.


martes, 19 de julio de 2016

¿Te ahogas en sufrimento?

¿Te ahogas en sufrimiento?
¿O es sed, negra paloma,
de tal gélido sentimiento?

¿Qué harías si desgarro tus entrañas
y me llevo tus lágrimas
vistiendo de nuevo
de azul el cielo?

Escucho tus plegarias
y me río a carcajadas,
sabrosas cual venganza
tras saber que tú,
y tus puños,
y tus lamentos,
le dan la espalda a la luz
y se sirven un caldo
de lágrimas
convertidas en versos.

Pregúntale a tus plegarias
si realmente quieren llegar al cielo.

viernes, 15 de julio de 2016

Día 23. Torrevieja Zombie.

Solos en mitad de un infierno.

Javier y yo nos habíamos quedado mirando cómo el furgón subía la avenida del Paseo Vistalegre y empezaba a atraer a las primeras oleadas de zetas. Claire, desde arriba del furgón, disparaba con una puntería increíble a las cabezas de los muertos vivientes, dejando un reguero de sangre negra. Aris se descojonaba detrás de nosotros mientras todo el edificio empezaba a arder.

- Creo que no habéis pensado bien lo que estáis haciendo – dijo mientras se le escapaban lágrimas de la risa.

Me quedé pensando con la mirada fija en él. Tenía ganas de partirle la boca, pero me las guardé para mí. Estaba claro que Aris no era así, lo conocía de toda la vida, el estrés por el que tenía que estar pasando le había superado y lo transformaba en esa arrogancia y mala educación. Me acerqué a él mientras me miraba riéndose de mí. Me arrodillé a su lado y, sin más, le abofeteé los dos lados de la cara hasta que dejó de reír y sus lágrimas se agotaron. Y luego, simplemente, le abracé.

Más adelante, a la altura de la fuente de la Plaza Waldo Calero, el furgón se detenía frente a una horda de zetas enorme. Debía haber casi dos centenares. Asun y Claire prepararon botellas explosivas y las lanzaron en mitad de la jauría, pero no era del todo suficiente. Raúl cubría la retaguardia disparando a los zombies rezagados, Gema y Mari reponían la munición, que a esas alturas ya estaba escaseando mucho. Mario se abría paso entre los zombies demostrando su habilidad para conducir vehículos pesados mientras disparaba por su ventanilla, con mucha menos puntería de la que estaría orgulloso a reconocer.

Pero Álex no hacía nada. Estaba sentado en el asiento del copiloto recogido en sí mismo. Retraído en una introspección solemne.

A lo lejos, por encima de las gargantas de los zetas con sed de sangre, y sin el ruido común al que estamos acostumbrados que pudiese ocultarlo, aún tañían las campanas de la Parroquia del Sagrado Corazón.

miércoles, 6 de julio de 2016

Día 22. Torrevieja Zombie.

Me hice una especie de toga con la manta que me había traído Gema la noche anterior y que ni recuerdo de dónde sacó. Me acerqué a Claire y a Asun, con tranquilidad. Más que por precaución, por miedo a que se me saliese alguna costilla de su sitio después de la paliza que recibí la noche anterior.

- Explícate - le insté a Claire.
- Estoy harta de salir huyendo todo el día. Harta de este maníaco que nos podría matar en cualquier momento. Harta del miedo - se sinceró -. Me voy de aquí, y me llevaré a unos cuantos zetas por el camino.

Me quedé pensativo. Tenía toda la razón del mundo. Yo también estaba totalmente cansado y harto de huir y temer a cada segundo por mi vida.

- ¿Cuál es el plan, Claire? - contesté -. Te sigo.
- La idea es ir un centro comercial, a un Mercadona o algo así, y limpiarlo de zombies - hablaba Asun-. Después nos quedamos allí el tiempo que haga falta para reponernos, recuperarnos del todo, y coger las suficientes provisiones para salir de esta ciudad infectada.
- Me parece buen plan, vamos con vosotras.
- ¡NO! - gritó Claire -. Ese no puede venir - dijo apuntando con el dedo a Aris, que empezó a patalear y a reírse a carcajada limpia.
- No podemos dejarle aquí...
- NO. NO VIENE.

En aquel momento Claire se acercó a una ventana, la abrió y lanzó contra la primera palmera que vio. Javier intentó impedírselo, pero no pudo anteponerse a ella. Empezó a arder como por ensalmo, y pronto comenzó a propagarse.

- El tiempo empieza a agotarse - dijo Asun haciendo exactamente lo mismo que su amiga.

Mario se levantó de nuevo y se acercó a Claire. La miró directamente a los ojos, y con un movimiento brusco se giró y dijo:

- Yo conduzco.

Y le soltó una patada a Aris en la nuca que le noqueó.

- No podemos abandonarle - insistí.

Pero todos parecían de acuerdo en la situación. Gema, quizá, era la que más reparos tenía, pero siempre premiaba el instinto de supervivencia. Quizá yo, que había estado a punto de morir en innumerables ocasiones, ya no tenía tal instinto y daba palos de ciego a cada paso que daba. Mari fue de las primeras en salir y montarse en el furgón que nos había llevado hasta allí. Raúl la siguió en completo silencio. Cuando se subió al furgón, vi que escondía una pistola entre su cinturón y el pantalón que no había visto hasta ahora. Después subieron Mario, Asun y Claire, que se subió al techo del vehículo y se sentó allí. Gema se colocó junto a Asun y se abrazó a ella, mientras que Álex, Javier y yo lo veíamos todo desde abajo.

- Creo que es lo mejor - dijo Álex.
- No, tú no - le contesté yo.
- Es lo mejor - repitió, como autoconvenciéndose de que era lo correcto.

Se subió por fin en el furgón y Mario arrancó el motor.

- No voy a esperarte, hermanito - dijo.

Javier se acercó a mi lado, jamás me abandonaría, pero no me quedó claro si le parecía una buena idea lo de quedarse a cuidar a un tarado que nos había puesto en peligro tantas veces. Aún así, prefirió quedarse conmigo y acompañarme en mi locura. Sé que si fuese por él, me acompañaría hasta el fin del mundo sólo para tirar una moneda e irnos.

Claire dio una patada contra el techo, apremiando el movimiento, y me sonrió.

lunes, 4 de julio de 2016

El amor según...


El amor según el escritor
es ese sentimiento que te hace levantarte de la cama
con la misma estúpida sonrisa todas las mañanas.

El poeta dice que el amor
es lo que mueve montañas,
es lo que ha hecho que el hombre se aventure
en estúpidas batallas.

Según el músico,
es el sonido que se oculta bajo la imagen 
de cada nota de un pentagrama.

Según el psicólogo,
un proceso mental transitorio...
que deriva en procesos psicológicos más graves según su intensidad.

El físico lo define
como una serie de energías que se atraen...
como la gravedad.

El químico lo estudia
como un proceso cerebral,
endorfinas en las neuronas.

El matemático, tras cientos de hojas rotas,
apunta que es una incongruencia,
un error de las personas,
pues es extraño, que tras cientos de estudios
uno más uno
sea uno.

Es una enfermedad, según el médico,
que comienza en el cerebro
y se apodera del cuerpo entero.

Mientras que el filósofo
dice que el amor solo es viento
que descansa en un cuerpo
y cuando se cansa viaja en busca de nuevas aventuras.

Las mismas, dice el historiador,
que ha vivido el amor
tras surcar batallas duras y absurdas.

Tras intentar dibujarlo, el pintor lo define
como la mezcla perfecta de colores
sobre un lienzo.

El inventor,
que es descubrir lo que se necesita
sin necesidad de ponerle remedio.

El ladrón lo describe
como de un corazón,
el hurto de los sueños.

Y el mago
como un juego con las manos
que hace desaparecer el miedo.

¿Y tú? ¿Cómo describirías el amor?




martes, 28 de junio de 2016

sábado, 18 de junio de 2016

Día 21. Torrevieja Zombie.

"Una guitarra acústica vuela con aliento desafinado junto a la hoguera. Suenan arpegios tranquilos. La rasga mi mano...

... llena de sangre."

Definitivamente, el mundo se ha vuelto loco.
Los ojos de Aris clavados en mi en el Club Náutico de Torrevieja mientras pasábamos la noche para encontrar un barco a la mañana siguiente eran de agradecimiento. Parecía como si el peso de la responsabilidad me la hubiese pasado a mí, y ahora tenía yo que tomar las decisiones.

Pero en cuanto cayó la noche y el ruido de los zombies acechándonos hacía eco en toda la ciudad (y en nuestras mentes), Aris me agarró del cuello y me quitó todo, absolutamente todo. Me dejó en ropa interior y me molió a patadas. Sin venir a cuento. Sin previo aviso. Sin escrúpulos. Sin espera. Lo echó todo a la hoguera.

- ¡TODO ESTO ES CULPA TUYA! - gritaba mientras me pegaba patadas en el estómago -. ¡SÓLO TÚ PODÍAS HABERNOS TRAÍDO AQUÍ!

Sin entender nada, intentaba tragar bocanadas de aire entre patada y patada. Tenía la pistola apuntando al aire, y nadie se atrevía a acercarse. Veían impotentes cómo me daban la mayor paliza que me habían dado nunca sin poder hacer nada más que apartar la mirada. Estuvo cerca de noquearme, incluso llegué a desear que me matase en aquel momento y me diese la oportunidad de dejar de sufrir. Pero no lo hizo, cuando se cansó paró y echó todos los folios limpios que tenía sobre el fuego de la hoguera que encendimos. Se guardó el cuaderno con todo lo que ya había escrito desde aquel día en el Carrefour.

Aris se tumbó en el suelo, momento en el que Álex y Raúl se abalanzaron sobre él y le consiguieron quitar la pistola. Raúl le apuntaba mientras Álex cogía una cuerda y maniataba a Aris.

- Lo siento mucho, tío - le decía Álex al loco -. Es necesario atarte, no estás en tus cabales.

No se defendió y aceptó ser atado. Una parte de él lo agradecía, otra se moría de rabia, y a otra le molaba que le tratasen como si de Hannibal Lecter se tratase. Desde el suelo vi cómo Mario se levantaba de su rincón donde descansaba, se acercaba con paciencia y calma, armaba el brazo en un puño cerrado, y descargaba el puñetazo sobre la cara de Aris con toda la violencia del mundo. Comenzó a sangrar abundantemente por nariz y boca. Probablemente se habían roto pómulo y nudillos por partes iguales. Mario se sacudió la mano y volvió a donde estaba.

Gema y Mari se acercaron a socorrerme. Me limpiaron las heridas y me dieron algo de beber que sabía a pies. Sentirse cuidado en aquel momento me reconfortó tanto que dormí toda la noche y parte del día siguiente. Me desperté con la boca pastosa, apoyado en las piernas de Gema, y con el atardecer entrando por la ventana. Parecía que todo estaba en calma...

... pero de las sombras aparecieron Claire y Asun. En cada mano dos botellas en llamas.

- Me he cansado de esperar - concluyó Claire.


sábado, 11 de junio de 2016

Alicante en llamas

Siento la pólvora
Antes de que empiece
Ni el mismísimo Góngora
Escribiría lo mismo que se siente.

Primera chispa,
se enciende la mecha,
Se oye el murmullo
Se enciende la fiesta.

Salta el petardo,
Surge el calor,
Se oye un suspiro.
Primera explosión.

Petardos y luces
La Mascletà empieza.
Y yo vuelo.
Y Alicante vuela.

Y luego llega,
Con corazón de corcho y madera,
Figuras y piezas,
Plantàs en la arena.

Vestido de gala el foguerer
Con alegría y pasión,
Barracas en las calles,
Fuego en el corazón.

Las gentes acuden,
sed de ardor en las venas.
Surge el ruido,
Y luego silencio, se quema.

Nueva chispa de fuego,
La cremà llega,
Se queman recuerdos,
Ilusiones en la hoguera.

Arde la atmósfera,
Ojos en carne viva.
Y Viva mi tierra,
Viva mi novia alicantina.

Viva mi Fénix alicantino,
Y mi fiesta vivida
Que espera resurgir
Como siempre de sus cenizas.

La hoguera termina,
Llora la belleza.
Entierra su año,
Entierra la espera

Hogueras en luz roja,
Es el calor de mi casa.
Y mi Alicante,
Mi poesía en llamas.

sábado, 12 de marzo de 2016

Oda a la siesta

Es un sueño reparador,
una dulce agonía,
la mejor parte del día
que me pone de buen humor.

Es un sueño corto,
aunque algunos lo alarguen,
media hora sirve
o diez horas de margen.

Es un sueño, mi siesta
cuan fa la calor,
honesta respuesta
pa' todo dolor.

Recién comido, señor,
con el estómago lleno,
se agudiza el ingenio
y se duerme mejor.

O si no la del borrego
justo antes de comer,
un sueñecito pa' hacer
en la tripa un buen hueco.

Pasa ya el mediodía
ya no hay na' que emprender
así que creo desfallecer
en mi siesta de fantasía.




viernes, 12 de febrero de 2016

Sólo escribe de ti


Sólo escribe de ti,
mi boli sobre un fondo blanco
como tirado como un imán
sobre lo que son nuestros besos.

Sólo escribe de ti,
mi libreta en este banco
como empujada por las olas del mar
que ocultan tus sonrisas y mis versos.

Sólo escribe de ti,
mi alma oscura en este barranco
de sentimientos que no puedo parar
mientras te escucho leer sobre guerreros.

Sólo escribe de ti,
mi musa que me empuja a creerme amado,
pegado a ti como la sal al nadar
hasta tus abrazos suaves y sinceros.

Sólo escribe de ti,
mi corazón que palpita rápido,
cuando entre cartas, arena y sal,
te miro a los ojos azules y libero:
"te quiero".

jueves, 4 de febrero de 2016

Soneto - Poesía inacabada

Creo que jamás podré olvidarte
eras tú lo que yo más amaba
más soy poesía inacabada
mitad ser humano, mitad arte.

Batallo por ese punto y aparte
era feliz cuando me mirabas
era feliz cuando tú soñabas
y yo despierto para velarte.

Pero a mi lado ya no te noto
y duele cual cuchillo afilado
estoy hecho añicos, molido y roto.

No hay peor que no sentirse amado
mas aún lloro al ver tu foto
y siento el corazón quebrado.

miércoles, 27 de enero de 2016

Sangre, sudor


Sólo somos sonidos sin sentido
somos soplidos
sometidos sobre sucios sentidos.

Sin sanar sarpullidos
somos seres sufridos, supervivientes,
sudor, sangre
¿será similar si susurro sonriente?

Será suficiente si, sintiéndome sordo,
salto, siento, sobresalgo sincopado
sin sublevarme sobre su sarnosa
soberanía sediente?
Sencillamente, sigo sonando serpiente.

Soy socio sesenta
sin sueldo
"sí, sí , sí" serán sentencias
"sí, sí, sí" soy su sabueso siniestro.

Shhhh! ¿Sabéis su secreto?
Someten sociedades silenciosas.

Sí, siempre serán superiores...

... ¡PERO HOY NO!

                                                                                      Foto por Adrián G. Marín

lunes, 25 de enero de 2016

Yo no te quiero

Yo no te quiero.
Porque la sociedad le ha puesto etiqueta y precio al amor,
y ahora vale más gastarse los cuartos en San Valentín
por un sobreexpuesto bombón,
que una carta sorpresa un lunes cualquiera de junio,
tan sólo porque sí,
porque anoche fui un amante sucio
y eso te encantó.
    
Yo no te quiero,
Porque no tengo ni el dinero
ni las ganas de llenarte la casa de flores
Y se sobrepone
el agobio de pensar luego en recogerlas,
y el pastizal porque han de ser frescas,
o si no no la quieres lo suficiente,
dicen como si el amor medir se pudiese.
 
Yo no te quiero.

Y no te quiero,
Porque siempre he sido un falso,
y en los cuentos de amor verdadero,
nadie se tira pedos,
y suenan vals, y yo no bailo,
y todo el mundo canta bien,
y yo del "regular tirando a mal",
no salgo.

Yo no te quiero,
Porque no soy astronauta y no puedo traerte la luna
y si le pusiese tu nombre a un estrella
la perdería de vista en la primera bruma de otoño,
cuando las hojas caen del madroño
de la forma más bella
y la nostalgia está a flor de piel.

Yo no te quiero
Porque en las pelis de amor, para ella y él, todo es perfecto,
se leen los enamorados el pensamiento
y yo de verdad es que hay veces que no te entiendo.

Yo no te quiero
Porque hay veces que no pienso en ti,
aunque duela.
No me paso todo el día con tu recuerdo en mente,
porque no me gusta pensar en ti en el retrete
cuando estoy haciendo de vientre,
como dice mi abuela.

Yo no te quiero.
Porque eres mi novia, y no carcelera
y hay veces que mi imaginación, vuela.

Yo no te quiero, porque yo te amo.   
Porque el querer es posesión,
y yo no te considero mía.         
El amor es poesía,
y yo te amo, de amar.         
Porque no quiero el amor verdadero,
sino Amor De Verdad.

Adrián G. Marín


viernes, 22 de enero de 2016

Me gustan los libros con alma

Me gustan los libros usados, no los impolutos.
Me gustan los libros rotos, rayados y subrayados en las partes que gustaron.
Me gustan los libros con vida, con páginas arrugadas, mojadas con lágrimas y café.
Me gustan los libros con el lomo quemado por el sol, los libros que de tanto abrirlos ya no cierran las tapas. Me gustan los libros con las esquinas de las páginas dobladas.
Me gustan los libros en los que apenas se ve ya el nombre.
Me gustan los libros que usan tickets de autobús de marcapáginas, los libros con las ilustraciones pintadas saliéndose de las líneas por algún niño... o por algún adulto.
Me gustan los libros que prensaron alguna rosa entre periódicos, y los que prensaron notas de amor con un "me gustas, ¿te gusto?".
Me gustan los libros que marcaron infancias, porque servían hasta para ponerlo en la mesa de pata.
Me gustan los libros con dedicatoria, los mutilados con alguna de sus páginas arrancada "porque la quería en mi tablón de corcho colgada".
Me gustan esos libros mágicos que lees una y otra vez aunque te los sepas de memoria.
Me gustan los libros con alma.