sábado, 21 de marzo de 2015

Día 19 (Parte I). Torrevieja Zombie.

Abrí los ojos en la mañana con sabor a hierro en mi boca. Sangre. Estaba tumbado en paralelo a la pared, siguiendo su largo. Gema y Claire me utilizaban de almohada. Miré a mi alrededor y no vi al proclamado nuevo jefe, Aris, por ningún lado. Pero olía a gasolina.
Me moví un poco y ambas chicas se despertaron también. El frío en los huesos me impidió pensar en que habíamos pasado la noche durmiendo sin nadie vigilando y a la intemperie. Me estaba estirando y despertando las piernas cuando Aris subía las escaleras con el revólver enfundado en su cinturón de cuero. Me fijé en la hebilla, una bandera de Estados Unidos ardiendo.
- He ido a por el desayuno - dijo sonriente. Me di cuenta en ese momento que llevaba una caja de cartón en las manos. Una pizza.
- ¿Has cruzado la calle para ir al VadePizza? - pregunté incrédulo.
- Me apetecía pizza, tío
Y así era. Había sorteado a dos decenas de zombies para apropiarse de una pizza fría y de hace más de dos semanas. Pero como no había nada más que echarse al buche nos la comimos con remordimiento cero.
- ¿Dónde están los demás? - pregunté a Aris, que parecía más tranquilo -. Ya sabes, mi hermano MarioMariJavierAsunRaúl y Álex.
- Tu hermano los sacó de aquí antes de que pudiese dispararles - contestó tranquilamente -. Éstas dos se quedaron para intentar pararme, pero no han podido pararme... nadie puede - miró al infinito.
Su mirada estaba completamente perdida. Ese brillo humano en los ojos le había desaparecido, y no había más que oscuridad. No sé qué le había pasado, pero tendría que haber sido muy duro para su psique.
- ¿Podemos ir a buscarles? - yo era un mar de sumisión y cobardía.
- No - dijo secamente, y se fue por donde había venido sin decir nada más.
Miré a Claire y Gema, y me reprimí un abrazo y un llanto incontrolable.
- Tenemos que ir a por ellos - propuse -. ¿Dónde están?
- No han salido del edificio, Adri - contestó Gema con lágrimas en los ojos.
- Aris los ha matado a todos - añadió Claire con la garganta y el alma rota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario