miércoles, 15 de octubre de 2014

Día 13 (Parte III). Torrevieja Zombie.

Me desperté del dolor y lo primero que vi fue una luz frente a mi. Estaba sentado en una silla con las manos atadas a la espalda. Notaba cómo la sangre me salía por la herida del hombro y me resbalaba por el brazo. Pero increíblemente no sentía ningún tipo de dolor. De hecho, estaba incomprensiblemente animado y lleno de vitalidad.
- Quiero que sepas que estás drogado - dijo una voz detrás de la luz -. Y que vas a estar ahí atado hasta que me respondas a unas preguntas.
- ¿Quién eres? - pregunté asustado.
- A ver... - respondió levantándose -. Creo que no te ha quedado claro que aquí el que pregunta soy yo. Tú callas y respondes. ¿Dónde está el oro?
No os lo creeréis, pero lo primero que se me vino a la cabeza responder fue:
- ¿El que cagó el moro?
Y no, no le hizo mucha gracia. Se acercó a mi y metió un dedo en la herida de bala de mi hombro. Me retorcí de dolor mientras me descojonaba de la risa. Estaba realmente colocado de alguna sustancia que desconozco hasta ahora.
- No me toques los cojones que esto no es un juego. ¿Dónde habéis puesto el oro?
- No sé de qué me estás hablando - ya comencé a vislumbrar un poco qué estaba pasando y en qué condiciones me encontraba.
- Mira a tu izquierda, subnormal - dijo abofeteándome la cara en esa dirección. La gente en esta historia era muy dada a abofetearme.
Miré a donde me indicaban y allí estaba Javier atado de pies y manos en el suelo. Consciente, pero aturdido y reconociblemente apaleado. Y no sólo él. También MariAsunClaire y Gema estaban sentadas junto a la pared, maniatadas y con cinta americana tapándoles la boca.
- ¿Qué está pasando aquí? - pregunté ya del todo despierto.

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